¿Te gusta tu cuerpo?

Si la respuesta es no, ¿te has planteado alguna vez porque no te agrada? ¿no hay nada, nada, de tu cuerpo que te guste, o hay áreas que si te gustan? Y, lo que no te gusta, ¿es porque no te gusta en si o por comparación con otros?

La mayoría de las personas estamos descontentas con nuestro cuerpo. Las comparaciones, la presión social, los estereotipos de hombre y mujer, la moda, las influencers, etc… nos pueden hacer mucho daño porque nos ofrecen unos cánones de belleza muy poco realistas y saludables. 

Consecuencias: dietas estrictas, operaciones bikini, la dieta de la alcachofa o la piña, machacarnos en el gimnasio y sentirnos culpable si no vamos, vestir prendas que tapen nuestro cuerpo u otras que muestren lo en forma que estamos…

¿Te apetece mejorar la relación con tu cuerpo? Empieza por aceptarlo. Pero ¡ojo!, aceptarlo no es quedarse de brazos cruzados y que nada cambie. Aceptar implica acción, cuidado, atención, responsabilidad y compromiso con uno mismo. 

Primeras acciones:

  • Cuídate en todos los sentidos: Alimenta tu cuerpo de forma saludable, muévelo, vístelo bonito, nútrelo, hidrátalo y perfúmalo.
  • Cambia tu actitud: Haz un esfuerzo real para mirarte de otra manera y para hablarte con cariño y cuidado. Puede resultar artificial o forzado al principio, acepta esta incomodidad hasta que instaures este diálogo de forma natural.
  • Mira tu cuerpo con atención, con amor, apreciando cada una de sus irregularidades: La belleza no se halla en la perfección, la belleza está en los ojos de quien mira.