Cómo «despertar» el nervio vago para disfrutar de un bienestar integral
El ser humano dispone de doce pares de nervios que nacen del cráneo. Ahora bien, de entre toda esa serie de nervios, el número diez es, sin duda, el más interesante y poderoso: el nervio vago. Forma parte del sistema nervioso parasimpático y su función es muy concreta a la vez que interesante.
El nervio vago nos ayuda a relajarnos, a conseguir un adecuado estado de calma, para hacerle frente al estrés, la ansiedad y para disfrutar de una sensación de bienestar, con la cual se obtendrá una mejor calidad de vida. No todo el mundo es consciente de la importancia de este nervio en nuestro cuerpo.
Esto es así por una razón muy sencilla: las personas estamos más focalizadas en los estímulos externos que en la escucha paciente e intuitiva de nuestro propio cuerpo.
A continuación, te proponemos tomarte unos minutos solo para ti. Un breve periodo de tiempo donde aprender a “despertar” tu nervio vago para mejorar tu calidad de vida. Si ponemos en práctica día a día estas estrategias notaremos cambios. ¿Te animas?
Dónde se localiza el nervio vago
El nervio vago o nervio pneumogástrico nace del bulbo raquídeo para después hacer un largo y fascinante recorrido por:
- La faringe.
- El esófago.
- La laringe.
- La tráquea.
- Los bronquios.
- El corazón.
- El estómago.
- El páncreas.
- El hígado.
Asimsimo, también va por diversas arterias, plexos y una gran cantidad de fibras sinápticas.
Podríamos decir que es como una autopista de largo recorrido que cruza la parte superior de nuestro organismo y que, a su vez, cumple las siguientes funciones:
- Nos aporta sensibilidad.
- Estimula músculos de la cavidad vocal para favorecer la comunicación.
- Regula la respiración.
- Estimula la producción de oxitocina (la hormona del cariño, el amor o el vínculo maternal).
- Regula funciones del hígado y el páncreas.
- Este dato es curioso: gracias a él aplacamos nuestros ataques de hipo. Así lo afirma este estudio del Hospital Universitario Clínico Quirúrgico Comandante Faustino Pérez Hernández
El nervio vago, una estructura asociada a un bienestar integral
Algo que todos experimentamos a diario es lo siguiente: acabar de comer y sentir un indefinible cansancio, como una leve somnolencia que nos anima a sentarnos en el sofá para relajarnos o dormir una breve siesta:
- Esta sensación está regulada por el nervio vago.
- Tras la alimentación, nuestro organismo va a consumir mucha energía para poder llevar a cabo la digestión.
- De ahí, que este nervio nos induzca una serie de estímulos para favorecer la calma y la clásica “modorra”.
El nervio vago, además de regular la digestión, supervisa que el corazón no se excite en exceso. Hay personas que padecen por ejemplo el “síndrome vaso-vagal”, según afirma este estudio del Policlínico Docente “Héroes del Moncada” (Cuba) :
- Esto es que, cuando se excitan demasiado, muestran una alta efusividad o se asustan.
- Por lo tanto, el nervio vago les induce una pérdida de consciencia: se desmayan. Son casos extremos.
También regula nuestro sistema inmunitario y la regeneración celular. Por otro lado, otra función de esta estructura fascinante es darnos sensación de saciedad.
- Al estar íntimamente relacionado con el proceso digestivo, actúa también como regulador.
- Es él quien nos dice que ya tenemos bastante y quien controla el que, cuando sufrimos estrés, tengamos más ansias o menos apetito.
Tal y como podemos ver, es un favorecedor natural en diversas áreas: la relajación, la saciedad, nuestro peso, el sufrir mayor o menor ansiedad… Es algo fascinante, no hay duda.
Técnica para “despertar” el nervio vago
Esta técnica es sencilla y no te quitará poco más de media hora de tu tiempo. No obstante, es esencial practicarla a diario y siempre en el mismo momento del día.
Verás, sin duda, que se parece mucho a cualquier técnica de relajación del Mindfulness, ahí donde la clave es siempre controlar un tipo determinado de respiración.
Veamos qué tenemos que hacer:
- Nos pondremos ropa cómoda y amplia.
- Debemos acostarnos en una superficie inclinada, con la cabeza hacia abajo (posición de Trendelenburg).
- Coloca un paño húmedo y fresco sobre tu frente.
- Respira por la nariz durante 6 segundos, de forma que el aire se acumule en la parte más baja de tu vientre (respiración abdominal).
- Mantén ese aire durante 6 segundos mientras contraes el vientre como si alguien fuera a darte un golpe.
- Ahora debes espirar profundamente durante 7 segundos hinchando tu vientre, pero al mismo tiempo, debes encoger tus labios como si estuvieras apagando una vela. Es del mejor modo en que oxigenamos y activamos el nervio vago.
- Repite este ejercicio 7 veces.
- Al finalizar, incorpórate muy poco a poco y aguarda 5 minutos antes de levantarte. Relájate. Una vez te levantes, será de gran ayuda beber un vaso de agua fresca.
Para concluir, tal y como has visto, se trata de un ejercicio sencillo. En realidad, se trata solo de favorecer una adecuada respiración, con la cual, se reactivan muchas de nuestras funciones vitales.
Este nervio irradia gran parte de nuestro organismo y es necesario recordar que está ahí, y que cuida de nuestro bienestar.
Por Valeria Sabater
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